Durante el mes de febrero y por escasos 2 días, estuvo de visita un amigo y compañero de trabajo del Perú.
El mismo está trabajando en Colombia, y al finalizar el proyecto decidió venir en compañía de 2 amigas más. Llegaron a través del Tachira, luego de carnavales, donde igual tuvieron que esperar unas horas en la tradicional cola para cruzar la frontera.
De allí fueron a Mérida, hasta que se decidió a pasar por mi pueblo, Guanare, en los Llanos Occidentales Venezolanos.
Templo
El conversar con mi amigo, me permitió evaluar nuestra situación desde la mirada fresca de quien de visita, sólo ve lo bueno y, de todo lo malo puede sacar una vivencia o una anécdota. Ojo. Mi amigo es muy analítico y siempre hemos conversado de la situación política de su país y del mio, preguntando y comentando las diferentes realidades.
Al final, quedé con la sensación de que ante ojos visitantes o desde afuera, no nos vemos tan mal como debiéramos estar, ya que el venezolano a todo le saca el lado jocoso y va sobre llevando la situación. De lo que no tengo muy claro que sea muy beneficioso a la larga... pero a la corta nos mantiene alegres, y evita que nos volvamos fatalistas.
Amanecerá y veremos...
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